La agricultura ecológica, o sus sinónimos orgánica o biológica, es un sistema para cultivar una explotación agrícola basada en la utilización óptima de los recursos naturales, sin emplear productos químicos, u organismos genéticamente modificados (OGMs) -ni para abono ni para combatir las plagas-, logrando de esta forma obtener alimentos orgánicos a la vez que se conserva la fertilidad de la tierra y se respeta el medio ambiente. Todo ello de manera sostenible y equilibrada.
Los principales objetivos de la agricultura ecológica son la obtención de alimentos saludables, de mayor calidad nutritiva, sin la presencia de sustancias de síntesis química y obtenidos mediante procedimientos sustentables.
Los agricultores pueden utilizar semillas
cuyo origen pueden ser de cultivo convencional, debido a la dificultad
para encontrar semillas producidas con criterios ecológico. Las redes de
semillas, cada vez más extensas, se ocupan de recuperar variedades de
semillas locales, bien adaptadas al entorno y sin modificaciones
genéticas.
Los principales cultivos ecológicos destinados a la venta internacional
son frutas y verduras frescas y procesadas, nueces, café, té, cacao,
hierbas y especias, oleaginosas y sus derivados, edulcorantes, granos,
leguminosas secas, alimentos procesados y otros no destinados al consumo
humano, tales como concentrados para animales, semillas, algodón,
flores cortadas y plantas.




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