Consumismo
navideño
El gasto familiar en España se dispara al llegar la navidad. Se
ha conseguido instaurar en los consumidores un principio: celebrar la navidad
requiere obligatoriamente ir de compras.
Durante el resto del año son varias las cuestiones por las
cuales los/as consumidores/as nos quejamos del precio de los productos: por el
gasto escolar al comienzo del curso en septiembre, por la subida de la
gasolina... Sin embargo con la navidad se produce el efecto contrario, todo el
mundo tiene asumido que celebrar la navidad significa comprar, así que se
decide salir de compras justo en el momento del año en el que son más caros la
mayoría de los productos.
Sin duda hay algo detrás que nos impulsa a comprar a pesar de
que las economías familiares se resientan. La publicidad aprovecha estos
momentos en los que afloran nuestros mejores deseos y sentimientos para
reconducirlos hacia el consumo, y ese continuo mensaje cala en nuestra sociedad
sin que echemos la vista atrás para ver que, no hace tanto tiempo, éramos
felices celebrando la navidad de otro modo. Este continuo bombardeo
publicitario empieza más de un mes antes de que llegue la navidad, y lo hace
comenzando por meter en las cabezas de los más pequeños de la casa un montón de
anuncios de juguetes.
Muchos padres y madres, sometidos a la presión de sus hijos e
hijas, acaban por convencerse de que para demostrar lo mucho que les quieren
les tienen que comprar más regalos, y terminan sometiéndose a la dictadura de
la publicidad olvidando alternativas de consumo más justas social y
ambientalmente, como pueden ser buscar juguetes de artesanía local, sin
embalajes innecesarios, no sexistas ni bélicos, que estimulen la creatividad,
adecuados a cada tipo de edad, con materiales naturales y biodegradables, juguetes
en los que se esté pagando el producto, y no su publicidad. Además, estamos
olvidando incluso lo más importante: que es posible jugar sin juguetes.
En estas fechas debamos hacer un llamamiento para recuperar la
creatividad a la hora de celebrar las fiestas que nos ayude, en definitiva, a
no pasar la navidad persiguiendo los inalcanzables sueños que proponen los
anuncios, sino que nos muestre un camino más certero de conseguir nuestros
deseos, y que tenga como punto de partida una forma de celebración más justa
social y ambientalmente.
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